El viaje de una silla de ruedas hecha por chicos

En el marco del IV Encuentro Solidaridad y Tecnología, un grupo de estudiantes fabricó un dispositivo que le dará mayor movilidad a un adolescente discapacitado.

Los alumnos de un colegio de Carlos Casares, al oeste de la provincia de Buenos Aires, viajaron 1.000 kilómetros para entregar una silla de ruedas motorizada diseñada y fabricada por ellos mismos. El destinatario se llama Mario Contreras, tiene 15 años, y en su escuela, la Provincial de Educación Técnica Nº 3 de Pirané, en Formosa, lo conocen como “Marito”.

“Marito tenía una silla muy precaria y deteriorada, sobre la que andaba todos los días unas diez cuadras que separan su casa de la escuela. A partir de ahora, no sólo podrá ir hasta la escuela sino que también andará dentro de ella con total libertad”, dicen desde la Escuela Técnica Nº 1 de Carlos Casares. Se trata de una de las 100 experiencias de escuelas de 19 provincias de la Argentina que serán presentadas entre hoy y mañana en el IV Encuentro Nacional “Solidaridad Tecnológica para Personas con Discapacidad” que organiza el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) del Ministerio de Educación de la Nación. “La sencillez del dispositivo diseñado por los alumnos de Carlos Casares permitió que Marito pueda controlar y manejar su nuevo vehículo en todas las direcciones, lo regula a su gusto y su necesidad de acuerdo a la velocidad y el espacio que lo circunda”, dijo el profesor Pablo Castilla, a cargo del proyecto en el colegio. Juan Cruz Castillo, Marcelo Godoy y Gonzalo Álvarez fueron los alumnos elegidos por sus compañeros para llegar hasta Formosa y entregarle la silla a Mario Contreras. Los 250 estudiantes de la escuela les dieron una bienvenida efusiva. La actividad fue unas de las tantas que encaró el Proyecto Tecnológico, Productivo y Social que tiene el INET y que trabaja en la producción de dispositivos de ayuda para personas de la tercera edad o que sufran alguna discapacidad.

“Hace dos años que trabajamos en este proyecto y fue una experiencia muy positiva para los chicos. Toda la escuela trabaja en la propuesta y los mismos chicos se van rotando. Se armó un prototipo, se vieron las falencias, se hicieron modificaciones sobre los defectos y de ese modo la armamos completa. El viaje hasta Formosa y la entrega de la silla fueron el broche de oro: los alumnos de Pirané nos recibieron como si fuéramos un presidente. Eso nos impresionó mucho”, dijo el regente de la escuela de Carlos Casares, Ángel Gianella. María Rosa Almandoz es la directora del INET y asegura que si bien el proyecto funcionaba antes de 2006, fue a partir de ese año que tomó un nuevo rumbo: un convenio con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y con la Comisión Nacional Asesora para la Integración de Personas Discapacitadas (Conadis) permitió expandir la propuesta. “En el 2006 arrancamos con 20 escuelas y ahora existen más de 100 colegios que se sumaron a esta iniciativa. El INTI realiza el diseño de los prototipos y el INET da su mano de obra para ponerlos en práctica”.

Entre los diseños hay desde muletas, andadores o sillas posturales hasta barrales para baños, bastones para no videntes o sillas de ruedas: ninguna tiene costo para la persona. Los insumos están a cargo del INED. Sin embargo, la de Formosa no es la única experiencia que llegará al encuentro: los alumnos de la Técnica N° 701 de Esquel también realizaron una prótesis ortopédica para una mujer a quien le amputaron una pierna y en la Escuela Técnica Nº 2 de Barranqueras los estudiantes fabricaron sillas de ruedas en cantidad con la ayuda de una organización de Chaco. La Conadis es la que realiza la identificación de las personas que precisan el dispositivo. Almandoz concluye: “La intención de este programa no es llegar a una fabricación masiva y en gran escala de los elementos, sino llevar a cabo una tarea educativa y pedagógica y que reviste características solidarias para la formación de nuestros alumnos”.
Fuente:www.criticadigital.com.ar

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